David Piquer: un castellonense ordenado sacerdote en Estados Unidos
La parroquia de St. Elizabeth Ann Seton, en Plano (Texas), ha acogido la ordenación sacerdotal de David Piquer

Ordenación sacerdotal en Estados Unidos de David Piquer
Castellón - Publicado el - Actualizado
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La parroquia de St. Elizabeth Ann Seton, en Plano ciudad perteneciente al Estado norteamericano de Texas, se llenó de fieles para celebrar con gozo la ordenación sacerdotal de cuatro nuevos sacerdotes para la Diócesis de Dallas. Entre ellos se encontraba el padre David Piquer Sales, natural de Castellón, quien a sus 33 años fue ordenado sacerdote por el obispo Edward J. Burns, acompañado de numerosos presbíteros y seminaristas.
Don David pertenece al Seminario Diocesano y Misionero Redemptoris Mater de Dallas y a la parroquia de la Inmaculada Concepción. A la celebración también acudieron familiares, amigos y hermanos del Camino Neocatecumenal de la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, donde David vivió su juventud y recibió una profunda formación en la fe. Ellos “me han acompañado, rezan por mí, me corrigen cuando es necesario y comparten conmigo alegrías y sufrimientos”.
Es el mayor de nueve hermanos y su vocación nació en una familia marcada por la misión. Explica que sus padres se conocieron en una convivencia, y de la mano del Papa Juan Pablo II, en 1995 fueron enviados como familia misionera a Cusco, Perú. Después estuvieron en Volgogrado, Rusia, y por último en una de las «villas miserias» de Argentina, llamada «Villa Azul». Esta experiencia le marcó profundamente y le ayudó a descubrir la voluntad de Dios para su vida.
En su juventud soñaba con casarse, estudiar medicina y tener hijos. También, durante un breve tiempo llegó a plantearse ser monje carmelita tras leer el diario de Santa Teresita de Lisieux, pero el Señor lo sorprendió en un encuentro de jóvenes del Camino Neocatecumenal en Buenos Aires en 2012: “Yo estaba allí esperando encontrar una novia, pero cuando los catequistas hablaron sobre la vocación al sacerdocio sentí que hablaban directamente a mí. Pensé: ‘Quizás, si dejo mi vida en manos de Dios, Él pueda hacerme feliz’. Y así fue”.

David Piquer ya es sacerdote
Aquel momento lo transformó, y poco después fue enviado al Seminario de Dallas, donde ha vivido más de una década de formación y discernimiento. “La vida en el Seminario ha superado con creces mis sueños. Hoy puedo decir que tengo una alegría que nunca tuve cuando seguía mis propios planes”, asegura con gratitud.
Durante su tiempo como diácono, el padre David sirvió en la parroquia de San Juan Diego, acompañando especialmente a la comunidad hispana. “Ha sido una experiencia hermosa. He visto cómo las vidas se transforman cuando las personas escuchan el anuncio del amor gratuito de Cristo: matrimonios que se reconstruyen, jóvenes que descubren su vocación, personas que se liberan del miedo”. Desde su niñez misionera hasta su ordenación como sacerdote, el testimonio del padre David refleja una historia de entrega y confianza. “He aprendido que Dios va más allá de las culturas y que no hay alegría más grande que dejarse guiar por Él”, ha indicado.
Con su sí definitivo, el padre David Piquer inicia una nueva etapa de servicio a la Iglesia, con el deseo de continuar llevando el Evangelio allí donde el Señor lo envíe. “Estoy emocionado por ver lo que el Señor ha preparado para mí. No dudo de que me seguirá acompañando y protegiendo en toda mi vida como sacerdote”.