Grave retroceso en los derechos de los viajeros: pagarás por el equipaje de mano y tendrás menos indemnizaciones

La nueva normativa legaliza, en la práctica, el cobro por el equipaje de mano en cabina y amplía el umbral de tiempo para que los pasajeros puedan reclamar indemnizaciones por retrasos de vuelos.

Las aerolíneas podrán cobrarte por el equipaje de mano, según dicta la UE

Las aerolíneas podrán cobrarte por el equipaje de mano, según dicta la UE

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

5 min lectura

El Consejo Europeo ha aprobado un controvertido reglamento que marca un punto de inflexión en los derechos de los pasajeros aéreos en la Unión Europea. 

Con el respaldo de la mayoría cualificada de los 27 Estados miembros, pero con el voto en contra de países como España, Alemania, Portugal y Eslovenia, y las abstenciones de Austria y Estonia. 

La nueva normativa legaliza, en la práctica, el cobro por el equipaje de mano en cabina y amplía el umbral de tiempo para que los pasajeros puedan reclamar indemnizaciones por retrasos de vuelos. 

Este cambio, impulsado por la presidencia polaca del Consejo de la UE, ha desatado un aluvión de críticas que lo señalan como un retroceso significativo en las conquistas de los consumidores europeos. ¿Qué significa esto para los millones de viajeros que surcan los cielos de Europa?

La propuesta establece que los pasajeros podrán llevar gratis un “objeto personal” que quepa debajo del asiento (con dimensiones máximas de 40x30x15 cm)

La propuesta establece que los pasajeros podrán llevar gratis un “objeto personal” que quepa debajo del asiento (con dimensiones máximas de 40x30x15 cm)

Un giro a favor de las aerolíneas  

El nuevo reglamento introduce un cambio que, según organizaciones de consumidores, legitima una práctica que hasta ahora estaba en el punto de mira de la justicia europea: el cobro por el equipaje de mano. 

La propuesta establece que los pasajeros podrán llevar gratis un “objeto personal” que quepa debajo del asiento (con dimensiones máximas de 40x30x15 cm), pero cualquier maleta de cabina más grande estará sujeta a tarifas adicionales. 

Este movimiento, según fuentes del Ministerio de Consumo español, “legaliza en la práctica” una práctica que el Tribunal de Justicia de la UE había considerado parte del precio básico del billete. 

Países como España, que en noviembre de 2024 multó con 179 millones de euros a aerolíneas como Ryanair o Vueling por estas prácticas, ven esta decisión como un paso atrás. “Si se quiere modificar este asunto es porque hasta ahora estaba prohibido”, denuncian desde el ministerio liderado por Pablo Bustinduy.

Además, la reforma amplía el tiempo mínimo de retraso necesario para que los pasajeros puedan reclamar una indemnización. 

Bajo la normativa actual (Reglamento CE 261/2004), los viajeros tienen derecho a compensaciones de entre 250 y 600 euros por retrasos de tres horas o más, dependiendo de la distancia del vuelo. 

Sin embargo, el nuevo acuerdo eleva este umbral a cuatro horas para vuelos de hasta 3.500 kilómetros (con una indemnización de 300 euros) y a seis horas para trayectos más largos (500 euros). 

Esto supone una reducción significativa frente a los 400 euros para vuelos de entre 1.500 y 3.500 kilómetros y los 600 euros para rutas de mayor distancia que contempla la normativa vigente. 

Según Agustín Reyna, director de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), “hasta un 75% de los viajeros que hoy tienen derecho a compensación podrían quedar excluidos”.

aseguran que definir claramente las dimensiones del equipaje gratuito aporta “transparencia” para pasajeros y compañías.

aseguran que definir claramente las dimensiones del equipaje gratuito aporta “transparencia” para pasajeros y compañías.

Argumentos a favor y en contra  

Las aerolíneas, representadas por asociaciones como Airlines for Europe (A4E), defienden la reforma argumentando que las estrictas normas actuales las obligan, en ocasiones, a cancelar vuelos para evitar pagar indemnizaciones por retrasos. 

Kevin Hiney, portavoz de A4E, sostiene que “ampliar los umbrales nos da margen para recuperar horarios sin costes inmediatos”. 

Además, aseguran que definir claramente las dimensiones del equipaje gratuito aporta “transparencia” para pasajeros y compañías. 

Sin embargo, países como España consideran que estos argumentos carecen de datos sólidos y que la prioridad debería ser proteger a los consumidores. José Antonio Santano, secretario de Estado de Transportes, calificó el aumento del umbral de horas como una “línea roja” y afirmó que “empeora claramente la posición de los viajeros”.

Un posible retroceso en los derechos de los viajeros  

La aprobación de este reglamento, que aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo, ha levantado alarmas sobre un posible retroceso en los derechos de los pasajeros. 

Organizaciones como BEUC advierten que esta reforma podría sentar un precedente peligroso, debilitando un marco legal que ha sido referencia mundial desde 2004. “Europa se juega su identidad si cede a las presiones de las multinacionales”, señaló el ministro Bustinduy en redes sociales. 

La legalización del cobro por equipaje de mano, sumada a la relajación de las indemnizaciones, podría traducirse en un aumento de los costes para los viajeros y una menor presión sobre las aerolíneas para garantizar puntualidad.

Otro aspecto preocupante es la ambigüedad en torno a los “problemas técnicos” que eximirían a las aerolíneas de pagar compensaciones. 

España ha expresado su inquietud por la falta de claridad jurídica, advirtiendo que “casi cualquier fallo podría considerarse una causa eximente”. 

Esto podría abrir la puerta a abusos por parte de las compañías, que tendrían menos incentivos para invertir en mantenimiento o en la gestión eficiente de sus operaciones. 

Además, la reforma plantea limitaciones para pasajeros con movilidad reducida, como la posibilidad de cobrar por asientos contiguos si no hay disponibilidad en el check-in, lo que hasta ahora estaba garantizado.

 ¿Qué viene ahora?  

Aunque el Consejo de la UE ha dado el primer paso, el Parlamento Europeo aún debe aprobar el texto, y las negociaciones prometen ser intensas. 

Países como España, respaldados por asociaciones de consumidores, están decididos a presionar para minimizar el impacto de estas medidas. 

Sin embargo, la mayoría cualificada lograda en el Consejo sugiere que el sector aéreo, con el apoyo de países como Polonia, Bélgica o Italia, tiene un peso considerable en la balanza.

En un contexto donde viajar es parte del día a día de millones de europeos, esta reforma podría cambiar las reglas del juego. 

Los pasajeros podrían enfrentarse a costes adicionales en cada vuelo y a una mayor dificultad para obtener compensaciones por retrasos, lo que podría erosionar la confianza en el transporte aéreo. Mientras tanto, el mensaje desde España es claro: “No aceptaremos ninguna rebaja en los derechos de los pasajeros”. 

La batalla por los derechos de los viajeros está lejos de terminar, y el desenlace en el Parlamento Europeo será clave para determinar si Europa mantiene su compromiso con los consumidores o cede terreno a los intereses de las aerolíneas.

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