No peles el kiwi: esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando te comes esta fruta con la piel
Pelar el kiwi antes de comerlo es algo que muchos hacen sin pensarlo. No obstante, es posible que lleves años haciéndolo mal y te contamos el porqué

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El kiwi es una bomba natural de vitamina C, fibra y antioxidantes. Ayuda a mejorar la digestión, refuerza las defensas y contribuye a la salud de la piel y el sistema inmunológico. Eso, por lo tanto, la convierte en una de las frutas que no pueden faltar nunca en el frutero.
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Y ya no solo por ser una de las frutas más nutritivas por su contenido en vitaminas y minerales, sino por las propiedades de su piel. Sí, tal y como te lo estamos contando. Si eres de los que pela el kiwi antes de comerlo, es importante que sepas que te estás perdiendo lo mejor. Con una limpieza adecuada, la piel del kiwi es totalmente segura... y llena de beneficios.
Así lo recuerdan muchos expertos en nutrición, como Marian García, más conocida en redes y televisión como 'Boticaria García'. La nutricionista y doctora en Farmacia ha explicado en varias ocasiones que comerse el kiwi entero supone un plus nutricional al que debemos prestar especial atención.
También lo ha hecho la nutricionista Cristina Ávalos, quien además recuerda que gran parte de los micronutrientes y fibra del kiwi se encuentra, precisamente, en su piel.
MÁS FIBRA, MÁS VITAMINAS, MÁS ANTIOXIDANTES
Como te venimos contando, comer el kiwi con piel da un plus de fibra, vitaminas y antioxidantes. El kiwi entero aporta hasta un 50% más de fibra, un 32% más de folatos y un 34% más de vitamina E que si lo comes pelado. Además, su poder antioxidante se triplica, lo cual ayuda a frenar el envejecimiento celular y a combatir el estrés oxidativo.

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Más allá de todos estos nutrientes, comerse el kiwi con la piel también tiene un punto muy práctico, ya que se puede comer como si fuera una manzana, lo cual te permite hacerlo en cualquier sitio y en cualquier momento del día. De hecho, puedes incluirlo también a tus batidos, ya que la piel puede triturarse sin ningún tipo de problema y no cambia ni el sabor ni tampoco la textura.
Es importante, eso sí, que elijas bien la pieza que vas a tomar. Busca un kiwi con una apariencia firme y que no esté duro, ni tenga manchas, así como tampoco partes blancas. Cuando están en su punto, los kiwis ceden ligeramente al presionarlos con los dedos. Si no vas a comerlo enseguida, estos aguantarán bien durante varios días en la nevera.
¿CÓMO PREPARAR EL KIWI PARA PODER COMERLO CON PIEL?
Lo fundamental, como ya hemos explicado unas líneas por encima, es que compres tu variedad de kiwi preferida y que esté en el punto perfecto. Cuando llegues a casa, lávalo con agua y quita esa pelusilla. Después frótalo con un paño limpio o, en su caso, un cepillo suave para eliminar toda la suciedad que pudiera existir sobre la superficie. También puedes contar los extremos si lo deseas.

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Si es la primera vez que lo hacemos, es posible que ante la falta de costumbre, la primera impresión sea extraña. Por eso, y para facilitar su consumo, es recomendable que lo laves y frotes bien. En cualquier caso, siempre puedes optar por el kiwi amarillo, con las mismas propiedades que el verde o dorado, pero con la piel más fina y menos áspera que los anteriores.